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LA SOCIEDAD FEUDAL
La sociedad feudal era estamental y estaba dividida piramidalmente y en orden decreciente en tres grandes grupos: el clero, la nobleza y los siervos. Clero: eran los miembros de la Iglesia Católica como sacerdotes, monjes, obispos, abades y cardenales. La iglesia era un gran dueño de tierras y tuvo significativa influencia política e ideológica. Nobleza: eran los señores de la tierra y sus familias, que se dedicaban a actividades militares. En tiempos de paz, los nobles cazaban y participaban en torneos que servían de entrenamiento para la guerra. Este estamento social era constituido por duques, marqueses, condes, vizcondes, barones y caballeros. Siervos: era la mayoría de la población, con prácticamente inexistente movilidad social. Capa constituida por campesinos que estaban dedicados en vida al trabajo de subsistencia. Había una serie de restricciones a la libertad, podían ser vendidos, intercambiados o dados por el señor. Sin embargo eran diferentes de los esclavos clásicos, pues tenían reconocimiento de su condición humana, podían tener bienes y recibían protección y refugio de su señor. Además de estos tres estamentos, debemos señalar a los villanos, hombres libres que trabajaron para los señores feudales, pero no eran obligados a una tierra, así como pequeños comerciantes y artesanos. La economía era autosuficiente, es decir, todo lo que se producía era para consumo propio del feudo, no habiendo excedentes. Se basó en la agricultura y la ganadería, es decir, era una economía rural. A pesar de la existencia de las monedas, su uso no era extendido; en su lugar, fue utilizado un sistema de comercio de bienes entre los habitantes con compensaciones en caso de un producto de mayor valor. Las relaciones y obligaciones feudales Generalmente las tierras de los feudos se dividieron en: Manso comunal: eran tierras de uso común. Comprendían bosques y pastizales. En esas tierras los siervos recogían maderas y ejercían de pastores de animales. Reserva señorial: fueron tierras pertenecientes exclusivamente al señor feudal y fue donde estaba situado el molino, los hornos, el establo y la capilla. Manso servil: tierras explotadas por los sirvientes. Estas tierras servían para el propio sustento y los recursos para cumplir con las obligaciones serviles. La forma predominante de trabajo fue la servidumbre, donde el siervo era ‘libre’ pero estaba sujeto a la tierra en la cual trabajaba. Allí, debía producir el sustento de sus familias y de la nobleza feudal. El siervo fue forzado a trabajar gratuitamente unos días a la semana en las tierras del señor feudal, podría ser en la agricultura, cría de animales, en la construcción de viviendas y otros edificios o mejoras. Este impuesto fue llamado de corvea. Los siervos también pagaron la talla, impuesto donde eran forzados a entregar parte de la producción agrícola o pastoril al señor feudal. Existía también la banalidad, un pago de tasas por el uso de instrumentos e instalaciones del señor feudal (hornos, molinos, graneros…), la mano muerta, que era el pago de una tasa para permanecer en el feudo de la familia servil en caso del fallecimiento del padre de la familia, la capitación o impuesto pagado por cada miembro de la familia servil (por cabeza) y el tostón, un impuesto dado a la Iglesia, usado para la manutención de la capilla local. En el siglo X el feudalismo alcanzó su apogeo convirtiéndose en una forma de organización vigente en buena parte del continente europeo. A partir del siglo siguiente, la mejora de técnicas agrícolas y el crecimiento poblacional proporcionaron mejores condiciones para la reactivación de las actividades comerciales. Los centros urbanos volvieron a florecer y las poblaciones salieron de la estructura hermética que marcó gran parte de la Edad Media.
Fuente: Escuelapedia.com
Monarquías Feudales
El devenir y la evolución del tiempo dan paso a situaciones, movimientos y gobiernos desde el punto de vista histórico, por lo cual nos ocuparemos de hablar de las monarquías feudales como un nuevo concepto que deriva del sistema o Medio de Producción Feudal.
Es importante este concepto por lo que significó y es que las monarquías feudales fueron una nueva forma de estructurar a la sociedad referente a las relaciones que se derivan de la tenencia o posesión de la tierra. Los llamados siervos o trabajadores de la tierra brindaban diversos tipos de servicios para el rey. Los señores feudales hacían de intermediarios entre el rey y los súbditos y éstos últimos jamás tenían contacto directo con el rey. De manera que este juego de roles y personajes fue muy significativo.
Para asirse del poder total los reyes cedían parte del poder local y tierras a quienes se aliaban con ellos en protección de la Nación de grupos, como era el caso de los vikingos y los sajones, quienes pretendían destruir y arrasar los territorios y ciudades en busca de dominio en la época medieval, por lo cual con el paso del tiempo las tierras o feudos cedidos en un principio, pasaron a ser heredados, dando origen a la pérdida del poder y también de la riqueza.
Las monarquías feudales son una especie de gobierno que se desarrolló durante la Edad Media en la Europa Occidental, específicamente entre el siglo XI y XIII. Durante la edad media los señores feudales ostentaban el poder, por lo cual el poder que tenía el rey era sumamente endeble, aunque eran establecidos por el señor feudal como uno de los principales aún bajo la igualdad, pero gradualmente los reyes fueron obteniendo más poder debido a la presencia de males como la hambruna, las revueltas campesinas, las epidemias y conflictos entre los mismos señores feudales.
Estas coyunturas o condiciones que fueron utilizadas por los reyes incrementaron su poder, lo cual puso en desventaja a los señores feudales, logrando así vigorizarse o robustecerse al centralizarse el poder en manos del rey, o lo que es lo mismo en el monarca. Destaca esta última palabra puesto que la Monarquía surge como un sistema de gobierno donde el poder es ostentado por el rey y para la época era legitimado por el clero quien era su contraparte o con el cual compartía el poder durante esa época, por representar las principales autoridades religiosas, ya que también tenía sus intereses particulares y así los vigilaba de cerca.
Como vemos, se produce un cambio sustancial entre la autoridad que ejercía el rey anteriormente en el colectivo de los señores feudales a una autoridad o monarquía hereditaria, porque el rey era no sólo el representante de la comunidad política sino también el supremo terrateniente que tenía la posesión tanto mediata como inmediata de todo el territorio de la nación y sus producciones.
Lo que identificó a las Monarquías Feudales de la edad Media, tiene que ver con los siguientes aspectos:
Contaba con el apoyo de la iglesia o clase clerical.
- Se originó de los reinos bávaros que se establecieron en el imperio romano.
- El poder era hereditario, es decir que era transmitido a los descendientes, en especial los primogénitos, así se mantenía el poder en una sola familia.
- Se originan para enfrentar a los denominados poderes universales representados por el Papa y el Emperador.
- Se colocan por encima de las relaciones de vasallaje inherentes al feudalismo, ya que muchos vasallos se hicieron tan poderosos que los propios reyes percibieron a futuro problemas para poder controlarlos por ser tan numerosos, ya que se trataba de los campesinos que trabajaban la tierra.
- Representaba una manera tradicional de feudalismo, ya que éste hacía que los reyes feudales se interesaran en el poder.
- El poder era sostenido por la gama o variedad de costumbres sociales, culturales, legales y hasta militares que practican quienes componían la clase noble, la clase clerical y los siervos en virtud de la lealtad hacia la persona del rey o monarca.
Como los reyes inicialmente no podían estar por encima de los señores feudales debido a que no poseían recursos suficientes para mantener al ejército, en esta parte entra en juego un grupo que fue determinante en el hecho de que los reyes lograran sobreponerse a los señores feudales. Se trata de los burgueses, quienes eran los habitantes más importantes de las ciudades, su influencia y otros aspectos determinaron el surgimiento de la monarquía, veamos cuales son:
Otorgamiento de recursos económico-financieros por parte de la burguesía a los reyes, mediante el pago de impuestos con el objetivo de utilizarlos contra los nobles en sus luchas y someterlos a su autoridad.
Retribución por parte de los reyes al apoyo de la burguesía, mediante los siguientes favores:
Les dieron cartas de privilegios o fueros que los liberaban del sometimiento o dominio de los señores feudales.
Grandes expectativas de monopolios comerciales.
Se les otorgó permisos para abrir mercados y ferias.
La necesidad de juntar fuerzas militares, como en el caso de la guerra de los cien años entre Francia y el Imperio Británico obligó a los Estados a poseer un ejército regular comandado por el rey y ya no por señores feudales dispersos e incomunicados.
Apetencia de poder por parte de los reyes, lo cual les ayudaría a acumular muchas más riquezas para conquistar territorios.
Descontento por la mengua en la importancia de sus decisiones en relación con la iglesia y los señores feudales.
Con el establecimiento de la Monarquía en la edad media se lograron cosas como las siguientes:
Se logró el objetivo de que la monarquía impusiera su autoridad sobre la de los señores, se consolidaron como monarcas debido al crecimiento económico que ostentaron.
Se desarrollaron estudios para traer de retorno la aplicación del derecho romano, con lo cual se buscaba beneficiar a los propios monarcas y su fortalecimiento en el poder.
Incremento de los territorios por parte de los monarcas, lo cual fue posible recuperando feudos, por medio de alianzas matrimoniales convenientes a sus intereses y mediante la conquista de territorios.
Agigantamiento del poder político, económico y militar de los reyes en la esfera mundial.
La lucha real de los monarcas o reyes en la edad media fue solo contra los señores feudales y en su afán por arrebatarles el poder, se dio cuenta que la clase clerical podía seguir siendo su mejor aliada puesto que si se lo proponía verdaderamente se catapultaría en el poder al tener su apoyo y dejarle ver que podría disfrutar de ciertos beneficios con esa alianza.
Cabe destacar que durante los gobiernos monárquicos la historia ha demostrado que se ha multiplicado la desigualdad, disparidad y diferencias entre las clases sociales y a los estatus más bajos y desposeídos los ha conducido al retroceso y deterioro, porque los únicos que se han beneficiado y disfrutado de grandes prebendas han sido los monarcas, nobles y clérigos y a éstos poco o nada les ha interesado las circunstancias o limitaciones del resto de la población.
Durante el absolutismo se incrementó la desigualdad y la decadencia de las clases bajas. Los privilegios estaban dirigidos solo para los nobles y los clérigos, cuyos derechos eran superiores a los de la mayoría, sin importar las condiciones de vida del resto.
Fuente: www.historiando.org
Banquetes y comilonas en la Edad Media
En la Edad Media, los banquetes eran un momento esencial de la vida social de las clases elevadas. Copiosos, concurridos, lujosos, amenizados con toda clase de diversiones, eran fiestas espléndidas en las que no sólo se comía en buena compañía, sino que también se escuchaba música, se asistía a representaciones teatrales y, sobre todo, se rendía pleitesía al anfitrión, que cuidaba de que cada detalle resaltara su estatus.
Toda ocasión era buena para celebrar un gran festín cortesano. Podía ser un acontecimiento político –una victoria militar, la llegada de un visitante ilustre, la entrada del rey en una ciudad–, una novedad familiar –una boda, un nacimiento o bautizo, pero también unos funerales–, o bien una de las diversas fiestas del calendario, como la Pascua, el Pentecostés o, por supuesto, la Navidad. Entonces se acomodaba una estancia amplia y bien ventilada, lejos del humo y el calor de la cocina. Podía ser la sala de gala del palacio, pero también un patio descubierto o un jardín en el que se colocaba una techumbre portátil; los banquetes incluso podían celebrarse al aire libre.
Cuando había gran número de asistentes podían ocuparse varias salas de la residencia. Por ejemplo, en el banquete ofrecido en París, en 1461, por el duque de Borgoña, Felipe el Bueno, «todos los señores emparentados con la familia real y los grandes barones de Francia acudieron en una multitud prodigiosa», aseguraba un cronista, de modo que «todas las habitaciones en las que podía sentarse gente estaban llenas». En algunos banquetes había hasta público, burgueses o aldeanos de la zona que se acercaban a contemplar a la jet set de la época y sus derroches.
En la sala, los comensales se distribuían según una jerarquía preestablecida. El anfitrión se colocaba en una mesa exclusiva, más elevada que las demás, cubierta por un dosel e iluminada especialmente. A ambos lados de esta mesa se situaban las de los invitados, de modo que los de mayor estatus estuvieran más próximos al anfitrión. Todos ellos solían sentarse únicamente a un lado del tablero, en bancos cubiertos con cojines o tapetes, y la comida se servía de frente.
Las mesas se montaban para la ocasión, con simples tablas colocadas sobre caballetes; las mesas fijas se generalizaron tardíamente, entre la rica burguesía de las ciudades italianas y flamencas. Las tablas se cubrían con lujosos manteles, adornados con franjas de brocado. Sobre el borde de éstos se colocaba un segundo mantel más estrecho para que los comensales se limpiaran los labios y las manos, aunque en algunos lugares, como la corte de los reyes de Aragón, ya se utilizaban las servilletas de boca en el siglo XIV. También se disponían recipientes con agua de rosas para que los comensales se pudieran lavar las manos antes y durante la comida, cada vez que se degustaba el vino o entre plato y plato. Un método de aseo más extravagante fue el que ideó Ludovico Sforza, duque de Milán, de quien se decía que hacía atar conejos a los asientos de sus invitados de modo que éstos se pudieran limpiar las manos en el lomo del animal.
La cubertería de la mesa medieval se limitaba a las cucharas y los cuchillos, puesto que el tenedor se generalizó únicamente a partir del Renacimiento. Aparte del potaje, para el que se usaba la cuchara, los comensales comían con las manos, aunque con arreglo a ciertas normas de decoro; en Castilla, por ejemplo, el código legal de las Partidas establecía que los trozos de carne debían cogerse con dos o tres dedos. Sobre la mesa se colocaban otros elementos: un salero, un recipiente en forma de nave usado quizá para poner las especias, y las copas o vasos, que no eran individuales sino que se compartían.
En la comida se utilizaba una vajilla muy variada: jarras, bandejas, aguamaniles, copas, escudillas, platos… Cubiertas a menudo de oro o plata, estas piezas de gran valor se exponían en un aparador para que los invitados las admirasen. Sabemos que en 1384, la vajilla de Luis de Anjou se componía de 3.000 piezas, el 10 por ciento de oro y el resto de plata dorada o blanca, todas perfectamente dispuestas en aparadores. Del servicio se encargaba el personal doméstico del anfitrión, dirigido por un noble con el cargo de mayordomo: había coperos que servían la bebida, escuderos que traían los platos, trinchadores que se encargaban de cortar la carne...
Los grandes banquetes se componían de varios servicios, generalmente tres o cuatro, aunque se sabe de casos en Italia de hasta diez servicios. A su vez, cada servicio se componía de diversos platos que se colocaban en la mesa de modo que cada comensal iba tomando lo que le apetecía. El afán de ostentación por parte del anfitrión llevaba a multiplicar los platos; el récord tal vez corresponde al célebre banquete del Faisán celebrado por el duque de Borgoña en 1454 en Lille, en el que cada servicio tenía 44 platos.
Los servicios seguían un orden según el tipo de comida. El primero se dedicaba a la fruta y otros platos de temporada. Luego se servía el potaje, y tras éste venían los «platos fuertes», que correspondían principalmente a las carnes, mejor valoradas que el pescado. La más apreciada era la carne de caza (ciervo, jabalí, perdices...), reservada justamente para los festines dado que no se consumía a diario; luego venía la volatería de corral –capones, ocas, gallinas, incluso cisnes– y en tercer lugar las carnes rojas y consistentes (ternera, carnero). Los platos se sazonaban con salsas hechas de especias y zumos de frutas ácidas; el uso de especias de origen exótico (el jengibre blanco, el azafrán, el comino o la pimienta) era otro elemento de distinción social. En cuanto a la bebida, se servía vino, cerveza, sidra o hidromiel.
El anfitrión buscaba impresionar a sus invitados no sólo con la cantidad y calidad de la comida, sino con su presentación espectacular. Por ejemplo, un papa de Aviñón, Clemente VI, hizo sacar en su banquete de coronación un árbol de plata del que colgaba fruta fresca, junto a otro árbol natural del que colgaban frutas confitadas. En cuanto a la carne, se presentaban los animales asados conservando su forma natural, incluido el plumaje en el caso de las aves. El mismo Clemente VI ordenó un castillo comestible cuyas paredes se elaboraron a base de aves asadas, ciervos cocidos, jabalí, liebre, cabra y conejo. Amadeo VIII de Saboya, por su parte, ofreció a finales del siglo XV un gigantesco castillo con cuatro torres, figuradas por cuatro hombres, en el que se contenía cochinillo asado dorado que lanzaba fuego, un cisne preparado y revestido con su propio plumaje, y una cabeza de jabalí asado, entre otros ingredientes.
En los siglos XIV y XV se pusieron de moda los intermedios entre servicio y servicio. Anunciados por toques de fanfarria (en los banquetes también había acompañamiento musical), eran auténticos números teatrales que transmitían un mensaje político concreto. Por ejemplo, en 1378 el emperador de Alemania Carlos IV organizó durante un banquete una grandiosa representación de la conquista de Jerusalén. En 1385, por el matrimonio de Carlos V de Francia, el episodio elegido fue el asedio de Troya. En el ya citado banquete del Faisán se organizó una compleja performance, que incluía a una mujer desnuda atada a una columna que simbolizaba a Constantinopla capturada por los turcos; al final aparecía un faisán con un rico collar al cuello sobre el que el duque Felipe de Borgoña juró organizar una cruzada para liberar Bizancio. Pero terminado el banquete nadie le pidió que cumpliera su promesa.
Fuente: www.nationalgeographic.com.es
¿Cómo vivían las personas en la Edad Media?
1. En la época Medieval, la vida de las personas estaba fuertemente condicionada por la naturaleza. El ser humano se consideraba un elemento más de la creación de Dios al igual que las plantas, los animales, la tierra o el agua. El hombre estaba en permanente contacto con el medio que le rodeaba, de tal modo que la naturaleza formaba parte de su vida cotidiana.
2. Los hombres y las mujeres de todas las clases sociales sufrían la dureza del medio físico. Tanto los nobles como los humildes recurrían al fuego para combatir el frío. Gracias a la leña o al carbón vegetal, el frío podía ser controlado. Durante el invierno, las casas eran el refugio más empleado para pasar los inviernos. Las familias solían utilizar numerosas ropas y entre ellas, las más importantes eran las pieles.
En el verano, los hombres y mujeres sólo podían hacer frente al calor con los baños o con las gruesas paredes de las iglesias y los castillos.
2. Los hombres y las mujeres de todas las clases sociales sufrían la dureza del medio físico. Tanto los nobles como los humildes recurrían al fuego para combatir el frío. Gracias a la leña o al carbón vegetal, el frío podía ser controlado. Durante el invierno, las casas eran el refugio más empleado para pasar los inviernos. Las familias solían utilizar numerosas ropas y entre ellas, las más importantes eran las pieles.
En el verano, los hombres y mujeres sólo podían hacer frente al calor con los baños o con las gruesas paredes de las iglesias y los castillos.
3. Además de la temperatura, las distintas estaciones traían consigo una importante limitación: el uso del tiempo. Ello provocaba que durante la noche, las actividades se redujeran a la mínima expresión. Las corporaciones laborales prohibían a sus miembros
trabajar durante la noche, ya que ella estaba destinada para la pausa y el reposo. Se prohibía trabajar de noche porque existía la posibilidad de provocar un incendio debido a la escasa visibilidad.
4. No cabe duda de que la sumisión del hombre a la naturaleza se hace evidente con motivo de la aparición de grandes catástrofes tales como los incendios, las pestes, las inundaciones y sequías.
Los incendios por ejemplo eran habituales en esta época. Se propagaban fácilmente debido a que las casas de los campesinos estaban hechas de madera. ¡Bastaba un descuido para dar lugar a una gran catástrofe!.
Los incendios por ejemplo eran habituales en esta época. Se propagaban fácilmente debido a que las casas de los campesinos estaban hechas de madera. ¡Bastaba un descuido para dar lugar a una gran catástrofe!.
5. Las malas condiciones sanitarias de la población favorecían la difusión de las epidemias y pestes. Ello puede explicarse a partir de la gran cantidad de gente que se reunía en las ciudades, donde las ratas propagaban los agentes difusores de
enfermedades. Tan grandes eran las epidemias, como la Peste Negra en el siglo XIV, que muchos hombres las consideraban testimonio del Fin del Mundo.
6. Algo similar ocurría con las inundaciones que causaban la destrucción de tierras y numerosas muertes. Se cuenta que en diciembre de 1143, en tierras gallegas, las aguas destruyeron casas, puentes y muchos árboles; sumergieron animales domésticos, rebaños e incluso hombres.
7. Todas estas características hacen pensar que los hombres y mujeres de la Edad Media dependían más de la naturaleza que ésta del ser humano. El hombre medieval estaba a merced de la naturaleza, mucho más que en la actualidad, hecho que podría explicar alguna de las características de la vida en aquellos momentos como la robustez física o la paciencia de los hombres, según algunos estudiosos.
Autoría: Pablo Aros Legrand
Fuente: Texto creado a partir de la información disponible en:
http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/index.html
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VÍDEOS
¿Qué es el feudalismo?- LA CUNA DE HALICARNASO
La sociedad feudal- LA CUNA DE HALICARNASO
La feudalización de Europa- ARTEHISTORIA
La Edad Media en 10 minutos- ACADEMIAPLAY
El feudalismo- ALIMENTARIO 14
Justa Medieval
El castillo
El monasterio
Arte románico-Mª Dolores Gomez de Mercado
Arte románico- MAÑANA SIN FALTA